Publicidad cósmica

La creatividad publicitaria no es más que una consecuencia de la competitividad que ha surgido en las últimas décadas. Nuevos caminos, nuevos métodos, nuevas técnicas, nuevas tecnologías, nuevos espacios publicitarios… Pero, ¿has oído hablar de la publicidad cósmica? Probablemente no. Sin embargo, varias marcas ya han realizado ciertas acciones en este campo. Hoy repasamos algunas de las propuestas publicitarias más estelares.

No resulta extraño que todo esto comience con los japoneses… Tokyo Broadcasting System envió al primer preriodista al espacio en 1990. La compañía, uno de los principales grupos de comunicación en Japón, pagó 10 millones de dólares a la Agencia Espacial Rusa en una acción que incluía colocar su logo en la nave y enviar a uno de sus periodistas, Toyohiro Akiyama, al espacio. ¿Y con qué intención? Pues la verdad es que ninguna, pero la repercusión fue toda.

Tnuva, el Pascual Isrealí, y Gitam BBDO (Tel Aviv) rodaron el primer anuncio en el espacio en 1997. Un spot que lo único que tiene de bueno es precisamente que fue el primero. Eso, sumado a la extraña conexión entre la Estación Espacial Rusa y la leche israelí, hizo que esta marca consiguiera una notoriedad por encima de cualquier campaña hasta la fecha. Aquí tienes la pieza.

En el año 2000, Pizza Hut pagó 1 millón de dólares por colocar su logo sobre el cohete ruso Protón, cuyo lanzamiento fue visto por aproximadamente 500 millones de personas en todo el mundo. Un año más tarde, y continuando en la carrera espacial, Pizza Hat se convirtió en la primera empresa en entregar una pizza en el espacio. Eso sí, seguramente algo distinta a las que conocemos pues, les llevó varios meses de investigación y pruebas para dar con la pizza que cumpliera con los estándares de comida espacial.

Después de estas acciones, se han realizaron algunos ‘product placements’ esporádicos y muchos proyectos que nunca llegaron a ver la luz. Pero hay uno de ellos es especialmente notorio a la par que ambicioso, y por que no decirlo, delirante. Un proyecto que, como publicista me apasiona, pero como un ser de este planeta me perturba.

Se trata de el proyecto The Space Billboard. La propuesta, de una agencia de publicidad estadounidense llamada Space Marketing Inc., era colocar una valla publicitaria iluminada de un kilómetro cuadrado en la órbita baja de la Tierra, que pudiera ser vista desde cualquier parte del planeta sin ayuda de ninguna lente. Y así, como si de una segunda Luna se tratase, colocar los anuncios de las compañías interesadas. Un proyecto que no se llevo a cabo por falta de inversión.

Es cierto que se son acciones puntuales, algunas de ellas con varias décadas de antigüedad, pero lo que es innegable es que la industria de la publicidad ya comenzado su propia carrera especial. Es cuestión de tiempo que nuevas acciones y proyectos vayan saliendo a la luz de las estrellas. Míralo por el lado bueno, de momento el público somos nosotros…

JULIÁN MARTÍNEZ NICOLÁS

Palabrarista. Puede decirlo casi todo por ti. ‘Casi’ es su zona de confort. No quiere ir al cielo porque allí no se puede patinar.