El secreto está en la masa

Hoy 20 de Octubre hace tres años que nació Thankium. Tres años desde que el señor Notario, cual comadrona, nos conducía a la luz que alumbra la administración tributaria. 

El proyecto se venía gestando desde unos meses antes, pero crear una empresa nueva en España no es algo rápido, ni sencillo.

Y después de tres años peleando cada día por un sueño, nuestra agencia de publicidad, hemos aprendido tres cosas importantes.

La primera, ser optimista es caro. El optimismo es la base para todo pero sobre todo para emprender, pero para triunfar hay que ser valiente. O soñador, llámalo como quieras. Sí, es caro vivir de manera honrada de la profesión que amas. Pero sólo los valientes son los que pueden conseguirlo, y la valentía no se compra.

La segunda, el mundo no se acaba porque el ‘to do list’ en realidad sea ‘to should have done list’. Wunderlist, Evernote, Things, Google Keep o cualquier aplicación que uses. Lo del ‘to do list’ no es más que un invento de aquellos que tienen poco ‘to do’.

Y la tercera, que hay que tener amigos hasta en el infierno. O al menos un amigo de un amigo. En su defecto, enemigo. Han sido años muy bonitos y disparatados. Y los que vienen van a ser más disparatados y mucho más bonitos. ¿Por qué? Porque por fin nos hemos dado cuenta de algo muy importante. Aunque seamos los mejores creativos del mundo, con nuestra estructura, sólo podemos igualar a la competencia.

No sólo de creatividad se come. Como decíamos anteriormente en nuestro blog, el futuro de los negocios es compartir. Aptitudes, conocimientos, habilidades, clientes, proyectos, éxitos, fracasos… Todo. Esto nos permite renovar nuestros modelos y estructuras de negocio. Y por supuesto, nos da la oportunidad de crear nuevos. Como es nuestro caso.

Porque el secreto está en la masa.
Ahora viene lo bueno, ahora estamos programados para ser únicos.
Se puede decir que tenemos un plan.
Un plan en el que ganamos todos.
You Thankium, you win.

JULIÁN MARTÍNEZ NICOLÁS

Palabrarista. Puede decirlo casi todo por ti. ‘Casi’ es su zona de confort. No quiere ir al cielo porque allí no se puede patinar.